Luis Alfonso Guadarrama Rico
Coordinador Ejecutivo de la Red Iberoamericana de Investigación FAMECOM
Resulta que siempre sí, que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó al Instituto Nacional Electoral (INE) que diera inscripción como candidato independiente a la presidencia de México, al marginal pero afamado Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”. Autoridades del INE han dicho que intentarán “demostrar” que el aspirante no logró reunir el número de firmas requeridas para ser aprobado como candidato oficial y estar en la boleta el próximo 1º de julio. Han comentado que detectaron signaturas de gente fallecida. De ser así, habría evidencia de que, en sus genes políticos de antaño, El Bronco conserva huellas indelebles de ciertas prácticas que ya estaban (¿?) abandonadas. Pero uno nunca sabe; la genética es afanosa y exhibicionista.
Dos personalidades que van por la silla presidencial son las más afectadas por la inminente aparición en la boleta de El Bronco. Por un lado, Margarita Zavala. Hasta hace unos días, ella tenía el distintivo de ser la única candidata “independiente”, en contraste con el resto de sus adversarios, que cabalgan abanderados por respectivos partidos políticos, en sendas coaliciones. Ahora, desde la ultratumba política, se le deslava esa medalla con el retorno de otro independiente. Así que aquellos ciudadanos y ciudadanas cuya identidad fugaz iba a consistir en votar por lo “independiente”, van a tener que elegir a quién de los dos cruzar en la boleta.
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El otro candidato que pierde una indeterminada tajada de votantes es Andrés Manuel López Obrador, porque cuando los sufragantes misóginos y desilusionados por el obsceno pragmatismo que exhiben todos los partidos, salgan a las urnas, optarán por el candidato que baja del norte del país y que se habla de tú a tú con “La Raza”. Está en arameo que Jaime Rodríguez repunte a tal velocidad en las encuestas para llegar a una carrera parejera con el puntero, pero él dice que sí. Sombreros vemos, obsesiones y fantasías no sabemos.
Lo anterior no quiere decir que Ricardo Anaya o José Antonio Mead pasarán sosegadas tardes de verano conforme se acerque la jornada electoral, pero –si se logra mantener en la boleta el gobernador de Nuevo León con licencia, deberán hacer evaluaciones permanentes acerca de la evolución o estancamiento de los independientes. Seguiré…
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