Luis Alfonso Guadarrama Rico
Coordinador Ejecutivo de la Red FAMECOM
Las familias, al formar parte de lo social, absorben en sus nidos amplios procesos estructurales.Como sucedió en varias partes del orbe, desde la década de los 80, en México comenzó a ser más palpable la entrada del modeloneoliberal. Ello produjo transformaciones en las formas de vida de los hogares. Desde la planificación de la reproducción –a través de la Ley General de Población de 1974 y de la incorporación del Artículo 4º Constitucional a la Carta Magna — se habíanpuesto las bases para reducir el tamaño de las futuras casas.
Paralelamente se estimulaba la escolaridad,con énfasis en la inscripción de las niñas y adolescentes de aquella época, en tanto la híper-producción y el consumo que asomaban, necesitaría más personas calificadas para el empleo. ¿Resultados? Pocos embarazos además de una descendencia escalonada, a fuerza de pastillas anticonceptivas, dispositivos intrauterinos o de salpingoclasias a diestra y siniestra. En las décadas siguientes habría más gente empleada; con dinero en los bolsillos o en sus tarjetas de crédito para comprar frenéticamente lo que se estaría produciendo a escala global a un ritmo delirante.
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Mediante el control de la fecundación, el empoderamiento de las mujeres y los movimientos migratorios han dado un nuevo rostro al parentesco nacional. Sin duda deben considerarse más factores aparte de los tres anteriores.Uno más.
- Nuevas maternidades y paternidades. El eslogan que en los 70 rezaba: “La familia pequeña vive mejor” goza de milagrosa salud. Convencidos de tal mantra, tenemos una tendencia cuyas familias en suelo Azteca oscilan entre tres y cuatro integrantes, incluidos madre y padre o solamente uno.
La dedicación a la crianza –al ser pocos hijos– dura menos, en la línea del tiempo de cada mamá o papá. Un porcentaje significativo de pequeños ingresan a las estancias infantilesapenas pasan 90 días de nacidos o bien a los tres años de edad. Al salir de la escuela, los chicos consumen parte de sus tardes en su propio hogar o en casa de otros parientes (abuelas, tías, primas) o bien parcialmente en las oficinas donde sus madres trabajan. Por ende, el desarrollo de hijos e hijas está cruzado por el aporte relacional de las madres y padres; las escuelas y por los hipermedios de comunicación. Seguiré…
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