La semana pasada iniciaron los Foros de Consulta sobre Educación, convocados por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Comenté que el primero sería en la Universidad de Chiapas. Al constatar lo que sucedió en esa primera experiencia, se puede apreciar que la estructura–por ahora— marca la pauta para los subsecuentes encuentros estatales. Es y será difícil romper con la herencia político-cultural que cargan estos “diálogos” en los que se pretende hacer sentir a la sociedad que “se le escucha” para recabar sus puntos de vista, para arribar a una propuesta que brota de abajo hacia arriaba y no, como se estilaba, de arriba hacia abajo. Sin embargo, el sistema sabe sobrevivir.

La educación en México tiene tales dimensiones que, mediante ejercicios como éstos, se está cayendo en el ridículo. Cuándo vamos a entender que se trata de una problemática que requiere la participación de las voces más calificadas en cada nivel, modalidad, región y grupos. Cualquier expresión la cónica o panfletaria está fuera de sitio.

El fenómeno educativo, así como el papel de los docentes, el proceso enseñanza-aprendizaje, las condiciones de los planteles –desde preescolar hasta los posgrados, pasando por la investigación, la innovación, la evaluación y el mejoramiento—así como el presupuesto asignado históricamente no pueden pasar por un examen o análisis profundo cuando apenas se disponen de cuatro a cinco minutos para exponer ¿Qué se puede proponer en 300 segundos? Con suerte, la punta del iceberg de asuntos monumentales.

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Eso transcurrió en el primer foro en Chiapas la pasada semana ¿Tiene sentido insacular participaciones sobre el asunto histórico-social y político como es la educación? ¿Reflexiones elaboradas por escrito, seguramente de distinto calibre y calidad, echadas en una tómbola o recipiente, a efecto de saber qué fortuna tienen para que algunas sean leídas? Quizá sea ese el mensaje que se pretende enviar: Dedicar poco tiempo a la educación y esperar que la fortuna nos sonría.

La estructura de los foros de consulta ha tenido una tónica parecida en ejercicios similares. La ANUIES o los rectores deben decirle al equipo de AMLO y al futuro Secretario de Educación que la consulta puede hacerse de una mejor manera, a fin de evitar el consabido tokenismo. Seguiré…