Luis Alfonso Guadarrama Rico
Coordinador Ejecutivo de la Red Iberoamericana de Investigación FAMECOM
Las propuestas que los tres candidatos y la candidata estarán lanzando al aire para tratar de ganar votos entre el diverso tejido de la ciudadanía, debería pasar por el tamiz de la viabilidad práctica para su concreción en este país. Ya sabemos que “Prometer no empobrece”. Sin embargo, dadas las condiciones que tenemos en México, quienes aspiran a dirigirlo desde la Presidencia, deberían dar muestras de respeto ante los problemas que nos aquejan.
Quien entienda medianamente cómo se mueve la economía en el mundo y cuán interrelacionados están los países del orbe con lo que sucede en el Grupo de los ocho (G8): Alemania, Canadá, Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia, comprende que impactará directamente en varias partes y, desde luego en México. Si a ello adicionamos a economías como China y Brasil, más las políticas “sugeridas” por el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el panorama se vuelve, por lo menos, incierto.
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¿Cómo se atrevería alguien a proponer que México tendrá tal crecimiento económico si votamos por él o por ella? Ciertamente es una tomada de pelo, no de ahora, sino desde hace tiempo. Pero eso parece que no importará. Veremos, como cada seis años, que se abren buenos escenarios para la economía mexicana si la boleta electoral es marcada así o asá ¿Por qué lo hacen? Desde luego que saben que la población a la que se dirigen apenas alcanza, en promedio, tercero de secundaria y poco o nada entenderán del intríngulis que constituye lo económico.
Otros temas como el combate a la corrupción, la impunidad y la inseguridad pública, no dependen de que una persona determinada esté sentada en una silla, así sea la presidencial ¿Cuántas instituciones y leyes se han creado para luchar contra esos lastres que nos azotan desde hace décadas? La lista sería extensa y el personal dedicado a ello, alcanzaría una cifra descomunal. Sin embargo, como la humedad, esos tres fenómenos continúan avanzando por amplias zonas visibles, crueles e intocables. Esa batalla se libra en todos los frentes, en cada reducto del tejido social, pero tendría que darse la resonancia o la reacción inmediata desde las instituciones, así como a través de organizaciones de la sociedad civil. Seguiré…
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