Cierta clase de personas

Cierta clase de personas

Fecha de Publicación: 24/06/2019

Esta columna fue publicada en el periódico Milenio Estado de México.

Luis Alfonso Guadarrama Rico
Coordinador Ejecutivo de la Red FAMECOM

Por alguna ancha carretera se fue colando de prisa y espantosamente, la absurda idea de que quien está al frente de una oficina, área, gerencia, dirección, subsecretaría, secretaría o algún tipo de cargo análogo, por fuerza tiene que acreditar que, si en efecto es «el Jefe» o «la Jefa», debe infundir pánico entre sus colaboradores(as), si quiere darse a respetar. Rasgo de personalidad que suele etiquetarse como alguien «de carácter muy fuerte». En realidad, se trata de seres humanos con tal desequilibrio y fragilidad emocional que la más ordinaria menudencia en contra de su forma de pensar o de actuar, les desquicia inmediatamente.

Cuando este tipo de personas llegan a esos cargos, para sus colaboradores comienza un genuino infierno y, desde luego, no han tenido que pasar al otro mundo para comenzar a pagar quién sabe qué tipo de pecados o de karma detonada desde la más tierna infancia. He visto, en las distancias cortas, así como a lo lejos, cómo desgastan o maltratan a muchas personas este tipo de incalificables jerarcas que se enquistan en las instituciones públicas, en las empresas o en las organizaciones de la sociedad civil.

Se conducen diariamente y ante la menor provocación, con gritos, manotazos, con expresiones soeces a más no poder; endosan instrucciones coléricas e irracionales; son proclives a exigir tareas o productos que serían incapaces de hacer, aun teniendo dos vidas para existir; hacen gala de despidos y reprimendas de distinto calibre sin reparar por un segundo que lastiman y denigran a quienes tienen el infortunio de toparse con ellos o con ellas. Son gente que goza pensando que ese miedo que transmiten o carraspean, les hace mejores, infalibles, sagrados(as) o eternos(as) en su impresentable cargo.

También te puede interesar: Marcha del Orgullo LGBT+

Les queda a cientos de años luz el camino de las virtudes; son refractarios(as) a la sencillez, a la humildad, la templanza, la generosidad, al sentido más elemental de la justicia o de gratitud para con los demás; se idolatran mientras están en esa frágil y traicionera cúspide que les empobrece espiritualmente. Como lo escribió Immanuel Kant, ese amor que solamente se profesan a sí mismos es la fuente de todo mal. Directivos(as) de esa clase profesan el arte de amargarse la vida y de hacer daño de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Dejanos tus comentarios

  • Proyectos de Investigación en Familias y Medios de Comunicación

  • Licencia Creative Commons

    Las obras que aquí se publican están protegidas bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

  • Visitas al sitio:

    46.003 visitas

  • Acerca de este Sitio:

    El propósito es difundir y divulgar la ciencia a través del acceso abierto, mediante documentos de investigación y de divulgación, generados por el Dr. Guadarrama Rico. En todos los casos, se hacen las referencias correspondientes a los derechos de autor, coautorías, así como a las fuentes donde originalmente fue editado el material. Este espacio no tiene fines de lucro.