
Luis Alfonso Guadarrama Rico
Coordinador Ejecutivo de la Red FAMECOM
Como en otros grupos de población, los jóvenes no están exentos de experimentar otros problemas que afectan su potencial y sus condiciones de salud. Durante los años recientes, debido a severos cambios en el régimen alimentario, el sobrepeso, la obesidad y la diabetes se han constituido en auténticos lastres que disminuyen el desarrollo de este grupo etario en el que apenas despunta la vida. En 2016, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 36.3 % en el grupo de 12 a 19 años, según la ENSANUT MC, 2016.
Ante las alarmantes cifras de obesidad infantil y juvenil, hace poco tiempo la política pública del país trató de dar un giro significativo en 2014. Se pretendió evitar, por ley, que se vendieran en las tiendas escolares productos alimenticios y bebidas con bajo valor nutricional; altos en sales, harinas y calorías. El propósito era crear condiciones para que infantes, adolescentes y jóvenes que asisten diariamente a las aulas, tuviesen una oferta de alimentos que contribuyera –desde ese flanco—a una mejor nutrición.
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Dicha medida generalmente no se aplica por una razón: Mega-empresas como Bimbo, Coca Cola (FEMSA) y PepsiCo serían gravemente afectadas en sus fastuosas ganancias. Todavía más, si tal iniciativa fuese una realidad, los estantes de los más de 15 mil establecimientos OXXO que desde 1978 proliferan por el territorio nacional, tendrían que haber cerrado pues no habrían tenido casi nada que poner a la venta; habrían hecho colapsar el 40 % del ingreso anual de FEMSA ¿La salud de la población importa? En la Ley o en las manoseadas intenciones sí; en los hechos, truecan en utopía.
¿Dónde están las políticas públicas? Lo que interesa, al parecer, es no fastidiar los intereses de estos consorcios. El costo social es altísimo a escala humana. Los servicios de salud requerirán aún más presupuesto para atender a una población que lamentablemente avanza hacia padecimientos crónico-degenerativos de alto impacto.
Las muertes por accidentes automovilísticos, en el grupo que va de los 10 a los 29 años, constituye la segunda causa de los decesos. También los fallecimientos asociados a riñas y aquellas vinculadas con la delincuencia organizada y el narcotráfico, cobra altas cifras entre los jóvenes, especialmente en los masculinos. Seguiré…
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