Como día en el calendario, ha quedado un poco abultado, por lo que respecta a las festividades o reconocimientos culturales que le han enganchado. En México, fue troquelado desde el 3 de diciembre de 1917, para celebrar el “Día del Maestro”. Así, expresado en óptica machista. La nueva Constitución tenía unos meses de haber salido, cuando surgió la iniciativa de reconocer la connotada labor. Esa inventiva fue generada por el diputado Benito Ramírez García, quien era Teniente Coronel; también colaboró en esa noción el legislador Enrique Viesca Lobatón, médico de formación, originario del estado de Coahuila, como su jefe, el presidente.

Una vez que la propuesta avanzó, se fue tanteado el día del calendario que podría instituirse. En tanto bufaban vientos de vanagloria militar, les pareció que se podía ligar al 15 de mayo de 1867, cuando se rindió el entonces emperador Maximiliano de Habsburgo, en el Cerro de las Campanas. Día memorable para dar lustre al “Día del Maestro”. Podemos decir que fue una fecha “carranceada” pues aquel triunfo fue juarista y anti-monárquico. Pero como fue rubricado por Venustiano Carranza, quedó para nuestra historia.

Desde 1918 se reconoce la labor docente; entonces azotaba la “peste roja” en el país; en realidad la “gripe española”. A partir de aquel año, es día de reposo en la nación. En este 2020, fue asueto casero por Covid-19.

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